Tolerancia a la frustración
La frustración es un conjunto de emociones que se experimentan cuando algo no sale como lo hemos planeado o pensábamos. Estas emociones son en su mayoría desagradables como la ira, la tristeza, la ansiedad…
En la sociedad de hoy en día es muy común una baja tolerancia a la frustración ya que estamos acostumbrados a las respuestas instantáneas y, a veces, carecemos de capacidad para responder a los cambios. Pese a ello todos anhelamos tener una correcta tolerancia a la frustración.
¿Sabes por qué se produce la frustración?
En la mayoría de las ocasiones este sentimiento se produce porque aparecen lo que en psicología denominamos ideas distorsionadas o irracionales, es decir, pensamientos que nos hacen percibir la situación como injusta, catastrofista, negativa… y estas ideas son las que nos llevan a desarrollar los sentimientos desagradables que acompañan la frustración.
¿Cómo son las personas que tienen baja tolerancia a la frustración?
Las personas que normalmente presentan una baja tolerancia a la frustración poseen una serie de características comunes entre las que se encuentran:
- Fácil desmotivación, cuando no consiguen algo a la primera tienden a abandonar la meta
- Regulación emocional deficiente
- Predisposición a sentimientos depresivos o ansiógenos
- Baja capacidad de adaptación y flexibilidad
- Pensamiento extremista, todo o nada
- Impacientes e impulsivas
- Buscan satisfacer sus necesidades de manera inmediata
¿Cómo hago para tener una adecuada tolerancia a la frustración?
Lo primero y más fundamental es desterrar la idea de que tener una adecuada frustración conlleva a que si algo no sale como esperábamos tengamos una actitud de positividad y quitarle importancia al hecho. La tolerancia a la frustración conlleva a que nosotros percibamos que las cosas no han salido como queremos, tengamos un poco de tristeza por ello pero sepamos ver los aspectos positivos que puede tener o adaptarnos a la nueva situación sin encerrarnos en todos los pensamientos negativos que inundan nuestra mente de manera automática.
Es fundamental que tengamos en cuenta varios aspectos para ser tolerantes en situaciones de frustración:
- Cuando llevamos a cabo cualquier plan en este puede influir multitud de factores que no siempre podemos controlar y que, por tanto, pueden hacer que el resultado no sea el esperado aunque nosotros intentemos controlarlo.
- Cuando las cosas no salen como planeábamos nos tenemos que adaptar a la nueva situación. Debemos analizarla y ver qué conductas o pensamientos son los más adecuados para sobrellevar el nuevo escenario.
- Saber apreciar los aspectos positivos que puede esconder la nueva situación no planificada sin necesidad de impregnarla de sentimientos de rabia sin ser capaces de observar que puede ser mejor incluso que la que teníamos planificada.
- Detectar los pensamientos negativos que nos hacen experimentar emociones desagradables, analizarlos, parar o cambiar para ser más adaptativos. Este punto es uno de los más complejos que, normalmente, requerirán de ayuda profesional.
- Trabajar la resolución de problemas, es decir, si algo no ha salido como planificamos el resultado final no tiene porque ser diferente. Debemos adaptarnos a los cambios y responder ante ellos.
Para finalizar me gustaría reseñar que la tolerancia a frustración nos hace más adaptativos a este mundo donde los cambios son continuos y permanentes. Además, no hay que olvidar que es de suma importancia la etapa de la niñez y adolescencia para un buen desarrollo de la frustración, para que un adulto tenga tolerancia es más fácil si durante estas etapas le han fomentado su desarrollo.
Recuerda que si quieres trabajar la tolerancia a la frustración porque el malestar que te genera puede cambiar ponte en contacto con nosotras, el Equipo de Psicología y Bienestar Online te está esperando para luchar por tu bienestar. No te acomodes, todo se puede cambiar y no hay por qué soportar las emociones desagradables.